sábado, 13 de marzo de 2010

LA GUERRA DE LOS NIÑOS

La primera de las películas de "Parchís" viene con el aval que supone tener tras las cámara a Javier Aguirre, curioso realizador con una extensa filmografía en la que conviven por igual películas de corte ultra-popular -como estas de "Parchís" o, por ejemplo, "Soltera y madre en la vida", alguna de Paul Naschy ("El jorobado de la morgue", "El gran amor del Conde Drácula"), una con Martes y 13 ("Martes y 13, ni te cases ni te embarques"), Landismo puro y duro con "Una vez al año ser hippy no hace daño"... sin olvidarnos del gran "Torrebruno" y su "Rocky Carambola"- con cortometrajes de corte radicalmente experimental ("Espectro Siete: 7 objetos luminosos y 5 complementarios") para nada comerciales, en los que predominan el manejo de los colorines al compás de incomprensibles soniditos. Una carrera y una actitud envidiable que le coloca a la cabeza de los directores españoles que a mí me pueden llegar a interesar.
Y estas “guerras de los niños” reportaron mucho dinero a Bermúdez de Castro y demás productores, que veían en el grupito de sosos críos el cuerno de la abundancia.
Sin hacer referencia en la película a "Parchís" propiamente dicho, como sí ocurría en la anteriormente reseñada, Aguirre se quita de un plumazo a los dos “Parchises” más bobos, Gemma y Oscar (rubito de cara angelical posteriormente sustituido por repelente pelirrojo, Frank…) y, siendo Tino, Yolanda y David los protagonistas, les suma la presencia del gordo Rodrigo Valdecantos (que debía ser familia de alguien de la producción) haciendo de Carlitos “El Flaco”, quien prácticamente, y a posteriori, termina siendo el personaje más querido, y autentico protagonista de las pelis de "Parchís" (memorable la escena en la que, destornillador en mano, fuerza la cerradura de una pastelería y se la come entera).
"Don Matías" es el director de buen corazón de un colegio publico, en el que si las familias no andan bien de pasta, no les cobra la cuota, por lo que un empresario, "Don Atilio", le expropia los terrenos. "Parchís" y "el Flaco" harán todo lo imposible para evitarlo.
Lo que me llama la atención de esta primera parte de los avatares de "Parchís", es que es tremendamente violenta. Hay una escena en la que el perro “Superman” ataca al ayudante de "Don Atilio" y, acto seguido, acuden los "Parchís" a darle una paliza, tirándole al suelo y dándole patadas y puñetazos. En el visionado de anoche me dejó cuanto menos impactado. "El Flaco" resuelve todos sus problemas rompiendo un palo de madera en la cabeza de cualquiera que se pone en su camino y, durante todo el metraje, ¡no dejan de delinquir!, lo mismo dan una curra a alguien, que roban vehículos, que secuestran a un tío y lo torturan físicamente, lanzándole flechas al estomago y cortándole mechones de pelo a tijera. 
En definitiva, un producto que, a pesar de los años, de los momentos edulcorados y del babosismo, sigue entreteniendo, gracias en parte a que no se abusa de las canciones, escogidas con lupa, y se da prioridad a una buena historia y a unas situaciones del todo estimulantes para los niños…. y para los tipos raros como yo.
Además del dominio del tempo del que hace alarde Aguirre, por supuesto.
En el reparto dos de las hermanas Hurtado, Manuel Alexandre y el gran Ricardo Merino.