Cuando era mozo, a veces iba al video-club con el mono de alquilar algo... sin saber muy bien qué. Era aquello de "Me apetece una de miedo, pero que no sea ni muy así, ni muy asá". Por lo general, esas acciones se saldaban con mierdones como camiones que ya me sentaba a ver sin mucha convicción, lo que contribuía a que el intento resultara sencillamente agónico. Dinero y tiempo tirado. De entre todos esos títulos recordaba con especial temor este "Terror en la funeraria" que en su momento probablemente ni tan siquiera pude terminar. Y es que el sello "Chock Video" fue el responsable de quitarnos el sueño a muchos de los adolescentes adictos al VHS (o Beta) en aquellos entonces, ya que su especialidad eran... pues bueno, las mierdas... las cutreces generalmente setenteras que nadie quería ver y distribuir... nadie salvo una joven "Cannon", antes de caer en manos de Golan/Globus. Otras joyas del catálogo son "Muerte de una prostituta" (que también intenté visionar ayer noche... pero ni pude pasar de la media hora... lo mejor es su título original: "¿Quién mató a Mary comosellame?") y "Noche silenciosa, noche sangrienta" (que luego resultó no estar nada mal). A todo este despropósito había que sumar unas caratulas engañosas repletas de cutre-fotomontajes falsos, de esas que tanto me gustan. Pero centrémonos en este "Terror en la funeraria", parida originalmente como "Last Rites" o, mejor aún, "Dracula´s Last Rites" el año 1979/80.
La historia va de una funeraria (¿ah si?, ¡no me digas!) regentada por un puñadito de vampiros, el jefe de los cuales se hace llamar... agárrense, ¡¡Alucard!!. El caso es que, antes de embalsamar los cuerpos, se dedican a chuparles la sangre y clavarles la consiguiente estaca para que no vuelvan a ponerse en pie. Sin embargo, por un traspiés organizativo, la suegra del prota de la historia se libra de la clavada, pero no del bocado. Y claro, llegada la noche, resucita y sale por ahí a armarla parda, seguida por el muyayo, que quiere recuperarla, y la troupe vampírica, que no quieren que se les descubra el pastel.
En el lado bueno -porque lo hay- debemos reconocer que, siendo aburrida, no es la peli más chapas que me he echado a la cara (aunque la persecución final se hace eterna), que siendo cutre y ponzoñosa, no es tampoco la más cochambrosa... y que, eso sí, tiene hasta alguna cosa buena. Por ejemplo, me gustó mucho la secuencia de la resurrección de la vieja, por cómo estaba planificada y rodada, y por la inquietante música empleada. De hecho, la figura fantasmal de la anciana vampira tiene bastante potencial, que se joroba un poco cuando muestra los colmillos y pone mueca de lerda.
En el lado estrictamente chapucero, cabe señalar que en las escenas transcurridas en la funeraria se ve el final del decorado por la parte de arriba, pero vamos, descaradamente... no hay que ser un lince ni un experto, canta a la legua. Lo mismo que la aparición del micrófono en alguna otra escena o incluso algún trasto del equipo de rodaje. Ya, supongo que ello obedece a cálculos erróneos por parte del fotógrafo y el formato de pantalla elegido... pero no deja de resultar curioso y llamativo, especialmente, como digo, en la funeraria, donde es tan brutalmente evidente que, en fin, casi parece hecho a posta.
Con todo, "Terror en la funeraria" no me aburrió TAAAANTO como de chaval. La vi entera y, en fin, no desfallecí. Pero tampoco salté de alegría.... así que lo dejaremos en un producto zetoso únicamente semi-recomendable para voluntariosos completistas del terror y el subgénero vampírico. Los demás pueden dormir tranquilitos.