Un muchacho introvertido, atormentado y maltratado por su
madrastra, anda obsesionado con el cine. Hasta tal punto llega su obsesión, que
llega a descuidar el trabajo y todo aquello que no sea ver películas.
Ninguneado por sus compañeros y tras que una chica de la que se enamora,
clavada a Marilyn Monrroe le da plantón (en realidad el espectador comprueba
que en realidad la chica llega un poco
tarde porque se le olvida la cita) el chaval enloquece y comienza matar a todo
aquél que le resulta molesto. Pero la gracia está en como los mata: disfrazándose
y recreando asesinatos de películas celebres.
Para más inri, conoce a un productor de Hollywood, al que le
cuenta su idea para una película y este acabará plagiándosela. Y la ira del
chaval, incremente, lógicamente.
Un clásico de la serie B ochentera, que sin gozar de una
popularidad inmensa, se prodiga como una película altamente disfrutable, no ya
por su argumento e, incluso, su originalidad (aunque mientras la ves te
preguntas de donde coño saca el chaval los disfraces), si no porque la película
es condenadamente entretenida. Un psycho killer, con estructura de psycho
killer, pero con aires de teen movie, con unas texturas muy de la época y con
ese ritmillo, también de la época, muy de agradecer.
En el reparto tenemos a Dennis Christopher, actor de tercera regional,
del que hay que decir que Tarantino le ha rescatado para un papelito en “DjangoDesencadenado”, que de puro histriónico en esta película, hay momentos que te
tienes que réir. También tenemos al mítico Tim Thomerson como comprensible y cocainómano
policía y a Mickey Rourke en uno de sus primeros papeles luciendo una dentadura
larguísima, que obviamente, se limó para convertirse en el galán que fue unos
años después.
En la labor de dirección, tenemos a Vernon Zimmerman, que si
no destacó demasiado en su carrera como director (y que a juzgar por esta película,
se le daba muy bien) tampoco destacó mucho en su labor de guionista, siendo uno
de sus trabajos más destacados “Una disparatada bruja en la universidad”.
Muy divertida, entreañable, y por ende, recomendable.