Donnie Yuen vuelve a interpretar al maestro del Wing Chun,
Ip Man, al que se conoce mundialmente por haber sido el maestro de Bruce Lee.
En esta secuela vemos como monta su primera escuela en Hong Kong, después de
que tuviera que salir huyendo de Foshan tras provocar una reyerta popular por
su combate con el oficial japonés al que le dejo la cara guapa. El filme es
bastante similar al anterior, primero vemos las vicisitudes que pasa Ip Man y
su familia, luego peleas con otros maestros, y para acabar una pelea organizada
contra otro campeón extranjero. En este caso, al estar en Hong Kong, colonia ocupada por los hijos de la Gran
Bretaña, pues su contrincante será el campeón mundial del Boxeo Taylor “The
Twister” Milos. Si esto es históricamente correcto, lo desconozco, pero como
siempre en este tipo de películas biográficas, los hechos suelen exagerarse o
inventarse completamente. Además igual que la primera, esta película sirve para
ensalzar el sentimiento patriótico chino, pero con un mensaje algo más humilde
en el que todos los hombres son iguales, y no demonizando tanto a los
extranjeros, aunque su parte sí que se llevan.
Ip Man es un hombre pobre ahora que vive en Hong Kong, toda
su fortuna le fue arrebatada por los japoneses, y en la colonia británica malvive
en un cuartucho con su hijo y su mujer la cual está embarazada. Gracias a sus
amistades consigue que le renten la azotea de un edificio para crear su escuela
de artes marciales. Los primeros días no acude ninguna persona a interesarse por sus enseñanzas, hasta que
un día un joven llega pidiendo un duelo de demostración. Ip Man sorprende tanto
al joven que rápidamente va a buscar a más amigos para ser todos alumnos de tan
insigne maestro. Pero lo que el
protagonista desconoce es el ambiente turbio que hay en la ciudad con las
escuelas de artes marciales. El Maestro Hung, interpretado por el siempre
grande (en los dos sentidos) Sammo Hung, es quien lleva la voz cantante entre
todos los maestros. Para que Ip Man pueda enseñar deberá de pasar una prueba,
dando lugar a una escena de lucha de lo más espectacular del film, los
contrincantes subidos a una mesa, y quien caiga, queda eliminado, en el que
caso de ser Ip Man, no podrá enseñar en Hong Kong. Huelga decir que pasa la
prueba, pero además de esto deberá de pagar 100 dólares al mes a Hung para “su
protección”, a lo que el protagonista se niega. Esto no es bien visto por el resto
de maestros pero le dejan estar. Cuando llega a la ciudad el campeón mundial de
Boxeo y desprecia las artes marciales chinas, tenemos el embolado montado.
Lo más importante en una película de artes marciales son las
coreografías, que la cámara este bien encuadrada y que el montaje sea bueno
para poder apreciar correctamente la pelea, y en Ip Man 2, al igual que en su
precuela, esto está de lujo. Donnie Yuen sigue haciendo un gran trabajo tanto
en las luchas como en las escenas de palique, su cara calmada y su porte hacen
de el un muy creíble Ip Man. La producción del filme también es muy buena,
aunque se aprecien los decorados en vez de ser exteriores, pero al ser una
película de época se acepta.
Existen dos películas más, la que se denomina tercera parte,
seria realmente la primera de todas, ya que narra desde que Ip Man tenía 16
años hasta los 22, y la cuarta parte sí que sería la última ya que es un Ip Man anciano que sigue enseñando a sus discípulos, entre los que se encuentra
Bruce Lee, como todo el mundo sabe. Decir que como epilogo de esta película
que nos ocupa, podemos ver a un chavalín de unos 10 años, que hace el papel de Lee, solicitando ser alumno de la escuela, pero al verlo tan joven y
soberbio, le dice que vuelva cuando sea mayor. Y así fue.