A nuestro país llegó en vídeo gracias a la franquicia
española de la “Vestron Vídeo” que al igual que “Lightning Vídeo”, nos
abasteció, en territorio bastardo, de muchos clásicos de serie B, hoy
imprescindibles históricamente hablando.
Se la conoce también como “Choping Mall”, ya que por lo
visto, en el momento de su estreno con “Kill Bots” en el póster, no captó
muchos espectadores, por lo que deprisa y corriendo se cambió el título por el
de “Choping Mall”, que traducido sería algo así como “centro comercial chungo”,
que era más acorde con los tiempos que corrían, dónde lo que de verdad estaba
de moda en 1986 era ir al centro comercial. Y así lograron recaudar algo de
pasta. No obstante, son muchos los países Europeos a los que la película llegó
como “Kill Bots”, el nuestro incluido, y cada póster promocional era más
engañoso…en la edición española, vemos una mano zombie robotizada sujetando una
bolsa con partes del cuerpo humano en su interior. Bien, pues jamás llegamos a
ver esos zombies robotizados en la película,
puesto que los robots asesinos que aparecen, son pequeños robotitos de
corte clásico, a lo “Nono” de “Ulises 31” o el robotito de la serie animada de
“Los 4 Fantásticos”. No obstante, el resto de carteles son igual de engañosos,
variando únicamente la mano robotizada que sujeta la bolsa de partes humanas
pero, jamás, apareciendo las pinzas que usan los robots auténticos para sujetar
las cosas.
Que el engaño “caratulil” no sea óbice para dejar de ver la
película. Con todas sus carencias, sin robots monstruosos, ni partes humanas en
bolsas, es harto disfrutable.
La tecnología ha conseguido que se diseñen unos robots para
un centro comercial que detendrán a los cacos gracias a un súper ordenador que
los controla y que hace distinguir a los trabajadores de los ladrones. La mala
suerte quiere que la noche en que debutan estos policías mecanizados, una
tormenta joda el ordenador, por lo que los robots fallan, convirtiéndose en
asesinos en potencia. Un grupo de jóvenes que se queda dentro del centro
comercial celebrando una fiesta, tomará las armas y se enfrentará a ellos, antes de que se cobren más víctimas.
Un divertimento fuera de todo precedente, con un ritmo
endiablado y buenos efectos especiales en según que momentos – el reventamiento
de cabeza de una de las jovencitas protagonistas, no tiene mucho que envidiar
ni a los de “Scanners” ni al de “Maniac”- que además de una duración escueta,
como era habitual en estos productos, proporcionan entretenimiento inofensivo y
eficaz. No existe película menos pretenciosa que esta.
Desde luego, si Wynorsky es lo que es, es por películas como
esta, por la ingenuidad (a la hora de rodar, que no en el resto de los aspectos
que supone hacer una película… de hecho decía que si se metió a esto del cine
era para hacer pasta y follar… y vaya si lo consiguió) que destila, por lo
que hoy es lo que es este hombre, porque lo cierto es que con sus películas
actuales, no solo se le ve el plumero, sino que además, las carencias están ahí
de forma expresa, por lo que su cine actual ya carece de sentido. Tomen como ejemplo
“Pirañaconda”. No así con este “Kill Bots”.
Como curiosidad frikosa, decir que la película entera está
llena de pósteres de las films de aquella época en las que Wynorsky o
Corman tenían algo que ver, como, reconocibles por mi, “Los Rompecocos”, “La
reina de barbaria”, etc, etc…
En el reparto destaca la “Scream Queen” por antonomasia
Barbara Crampton, que está especialmente histérica en esta peli, y que nos
regala un destete –que era por lo que, primordialmente, se la contrataba- de lo
más edificante. Aunque la prota femenina es otra "Scream Queen" de segunda, Kelly Maroney, que actuaba en esta cosa. Así mismo, asoman el careto otros personajes tan cormanianos (no en balde la peli la produce Julie Corman) como Paul Bartel, Mary Woronov, Dick Miller y Mel Welles. También están el gran Gerrit Graham y nada menos que Angus Scrimm. La banda sonora la firma todo un clásico de la serie B/Z, Chuck Cirino.
Muy buena para pasar el rato.