Es asombroso lo divertida, políticamente incorrecta y adelantada a su tiempo que es esta estupenda comedia. No la había visto hasta hoy y me ha sorprendido gratamente. Se trata de una de las primeras películas firmadas por Carl Reiner como director, aunque con un guion ajeno de Robert Klane que, a su vez, es el autor de la novela en la que se basa, publicada apenas unos meses antes de que comenzase su rodaje. “¿Dónde está papá?” Es una amalgama de situaciones negras, absurdas, escatológicas y delirantes, con un humor que, si a día de hoy puede resultar incomprensible, imagínense en el momento de su estreno en 1970.
Un abogado vive con su madre discapacitada y absorbente, por lo que no puede desarrollar un día a día como una persona normal, imposibilitando este hecho, sobre todo, sus relaciones amorosas. Intenta contratar enfermeras para que se hagan cargo de ella, pero todas rehúsan la idea porque la anciana ya se ha ganado la fama de difícil. Hasta que un día nuestro protagonista no solo encuentra a la mujer que acepta hacerse cargo de su madre, sino que incluso se enamora de ella. Todo resulta un desastre cuando la lleva a casa y no recibe el beneplácito de la vieja loca. Harto de la situación, nuestro abogado decidirá recurrir a su hermano en busca de ayuda.
El argumento, escueto, una vulgar excusa para que se desarrollen los gags, no nos dice mucho por sí mismo, por eso hay que advertir que este viene acompañado de las situaciones más locas e improbables vistas en una pantalla. Al final “¿Dónde está papá?” es un catálogo de chistes sobre medicación, defecación, desmembración, violación y gorilas. Todo muy bruto, muy inadecuado y soberanamente divertido, máxime cuando fue rodada en 1970 y nada de eso era habitual en el cine, estando más próximo el viejo Hollywood que el nuevo. De hecho, “¿Dónde está papá?” ostenta el honor de ser la primera película de la historia en la que se escucha la palabra chupapollas (cocksucker). También, en un flagrante caso de autocensura —Reiner consideró que igual se estaban pasando—, el film cuenta con un final alternativo que fue descartado porque insinuaba que madre e hijo mantenían relaciones sexuales.
Por supuesto, el público de la época no supo digerir una propuesta tan rara y loca, y la película pasó inadvertida en el momento de su estreno; un suspiro en la cartelera en el que, para más inri, se ganó un buen número de detractores que la odiaron porque era una guarrería inadmisible, una vergüenza. Sin embargo, algunos pases de reestreno en sucios cines de sesión continua, le proporcionaron a posteriori una pequeña legión de fans. Estos conseguirían que “¿Dónde está papá?” tuviera una segunda oportunidad en cines 5 años después, en 1975, estrenándose de nuevo bajo el título de “Going Ape” (no confundir con una película del mismo título que en nuestro país se tituló “Me estoy volviendo mico”) y yendo algo mejor en taquilla que la primera vez, pero no lo suficiente. Eso sí, ganó otro puñado más de seguidores, por lo que, al final, nos encontramos ante una pieza de verdadero culto.
Asimismo, y pese a que nunca fue una película popular, recibió el premio del sindicato de guionistas americanos al mejor guion. En 1979 se rodó un episodio piloto para la ABC con idea de desarrollar una serie inspirada en la película, contando con otros actores en los roles principales. Como era de esperar, no cuajó y tampoco fue más allá de este episodio piloto que recreaba algunos de los mejores momentos del largometraje.
Fue gracias a ese culto en Estados Unidos, que tuvo vida en salas de nuestro país 20 años después de su estreno, centrado exclusivamente en el circuito de versiones originales subtituladas, consiguiendo apenas 1.185 espectadores. Vamos, que la vieron mil y pico sibaritas y adiós muy buenas. En 1999 se pasó doblada al castellano en televisión a las 4 de la madrugada y se acabó lo que se dio. No tuvo más vida comercial ni apareció en formato domestico alguno.
El reparto es una auténtica delicia, encabezado por un George Segal que se encuentra en su mejor momento, Ruth Gordon en una previa a “Harold y Maude” -que, al igual que esta, es maravillosa-, Ron Leibman o Vincent Gardenia. Todos espléndidos. “¿Dónde está papá?” también supondría el debut en el cine de un jovencísimo Paul Sorvino, así como una cantera para los propios amigos de Carl Reiner; de ese modo vemos en pantalla, en papeles más o menos destacados, a su hijo Rob Reiner, la futura esposa de este, Penny Marshall o el primogénito de Mel Brooks, Eddie Brooks, en cuya presencia me detendré unas líneas porque cuenta con una pequeña anécdota. En su pequeña intervención, el chaval es estrangulado por el personaje de Ron Leibman. Lo hizo tan bien, y puso una cara de asfixia tan convincente, que el propio Mel Brooks, presente en el rodaje, paró la filmación porque pensaba que Leibman lo estaba estrangulando de verdad.
“¿Dónde está papá?”, a la que, a falta de verme un par de sus films, considero que se encuentra dentro de las tres o cuatro mejores obras de Carl Reiner, es una locura inenarrable y da igual cuanto les explique sobre ella en esta reseña. Deberían ser sagaces, buscarse una copia (que las hay) y comprobar con sus propios ojos cuan especial, desmadrada, absurda y extraordinaria es. Graciosa a rabiar ¡Se la recomiendo!