martes, 29 de julio de 2025

HOOKERS ON DAVIE

Janis Cole y Holly Dale son un dúo de directoras canadienses que, empezando sus carreras en tiempos de estudiante con cortos filmados en 16 mm, pronto se especializarían en trabajos más o menos feministas, cultivando el género documental donde se harían fuertes con una serie de películas que retrataban las distintas problemáticas de las mujeres en ambientes marginales. De este modo debutarían en la dirección con “P4W: Prison for Woman” en 1981, llamando la atención de estudiosos y eruditos, y ganando prestigio en el cine canadiense.
Por otro lado, interesadas como estaban ambas mujeres en todo lo relativo al comercio sexual, se tiraron su juventud investigando al respecto y viajando para documentarse sobre el tema, cayendo en la cuenta de que uno de los mayores focos de prostitución se encontraba precisamente en Canadá, concretamente en un barrio llamado "Davie" del "West End" de Vancouver. Perfecto para ser estudiado y documentado.
Pese a tratarse de una zona residencial llena de tiendas, en 1984 destacaba por ser un hervidero de prostitución, con trabajadoras y trabajadores sexuales que abrían el chiringuito a las 11 de la mañana y ya no se iban de allí hasta bien entrada la noche. Un barrio rojo con todas las de la ley, donde había prostitutas femeninas, transexuales y chaperos.
En 1986 el gobierno procuró limpiar la zona sacando a las prostitutas de allí y llevándolas a las afueras, donde, debido a la menor afluencia de viandantes y vecinos, eran un blanco más fácil para depredadores sexuales y asesinos. Como consecuencia a la reforma del barrio de "Davie", fueron muchas las prostitutas que murieron de manera violenta, cosa que no ocurría cuando operaban en el lugar donde se ambienta la película. Casi que fue peor el remedio que la enfermedad.
Sin embargo, un par de años antes de la reforma, Cole y Dale reunieron a un buen número de trabajadores sexuales con el fin de realizar un retrato sobre todos ellos. Las putas y los chaperos consintieron ser filmados y entrevistados, dando forma a este “Hookers on Davie” que está considerado un documento histórico y muestra de manera fehaciente lo que ocurría en ese barrio canadiense a mediados de los años 80.
Entonces, tenemos una película que va dando saltos del "cinema verité" al documental de entrevistas, filmando las largas esperas de las prostitutas (de hecho, hay un momento en el que una de ellas afirma que su verdadero trabajo es esperar, cosa que me hace especial gracia porque es lo mismo que dicen los actores del suyo...), la interacción entre ellas, trifulcas o intervenciones de la policía que se van intercalando con entrevistas en primer plano en las que las putas y chaperos nos cuentan sus circunstancias. Por supuesto, todo ello es de lo más interesante a la par que desasosegante.
Sin embargo, no es la intención de las directoras tirar de sensacionalismo, ni tan siquiera se permiten el lujo de ser condescendientes, ni de lanzar una moraleja al espectador; sencillamente colocan la cámara y dejan que la vida fluya. Y la combinación de realidad con entrevistas se acopla a la perfección, impidiendo que la cosa se vuelva tediosa o repetitiva. Si solo hubieran filmado entrevistas o solo momentos del día a día, igual no hubiera sido tan efectiva.
Asimismo, se trata de una película de putas callejeras filmada en 16 mm, por lo que, por mucho que las cineastas intentan despojar al conjunto de sordidez incluyendo mucha luz y una gran cantidad de secuencias diurnas al ritmo que marca el temazo “Street Life” de Randy Crawford & The Crusaders (que suena como única banda sonora), la cosa en todo momento resulta pringosilla y queda, tras el visionado, una extraña sensación de desazón. Y eso que hay una copia remasterizada que resalta toda su luminosidad y su grano, pero no consigue que se nos quiten las ganas de ducharnos tras ver la película.
En definitiva, está francamente bien.
En Canadá "Hookers on Davie" goza de excelentísima buena prensa, porque retrata un ambiente que existió durante un periodo de tiempo concreto y que, de no ser por esta película, se hubiera perdido dejando muy poca documentación al respecto.
A día de hoy, el barrio en cuestión se llama "Davie Village" y es el equivalente al "Chueca" madrileño; está limpio e impoluto, y es donde muchos miembros del colectivo LGTBI eligen su residencia. Se trata de una zona claramente turística, llena de librerías de temática homosexual.
Tras este documental, que es su obra culmen, Holly Dale y Janis Cole hicieron un par más de temáticas similares, pero después se ganaron la vida tras los focos como productoras de cine independiente desde "Spectrum Films". Cole, además, es profesora de universidad.

sábado, 26 de julio de 2025

ICEBREAKER

Lo peor que podía pasar con "Icebraker" es que fuese el anodino producto plano y sin alma que parecía, a pesar de los suculentos elementos ahí dispuestos y que, inevitablemente, me llamaban con la misma insistencia que las sirenas a "Ulises": una imitación videoclubera de "La jungla de cristal" (y su secuela, por aquello de la nieve) en la que, A, Bruce Willis venía sustituido por Sean Astin, quince años después de "Los Goonies" y dos antes de ser rescatado por Peter Jackson para "El señor de los anillos", como poco convincente héroe y, B, el "Hans Gruber" de chichinabo lo encarnaba nada menos que un Bruce Campbell llamativamente rapado al cero. Arropados ambos por Stacy Keach como padre millonario y autoritario que se opone a que su hija pija se case con el personaje de Astin, un "loser" dispuesto a demostrar su valía (ya saben, un rollo muy yanki). Sustituyan al "Nakatomi Plaza" por una estación de esquí y, epa, ya la tenemos liada.
Lo que yo decía, ¡¡tentador!!. Y piqué, y la vi y... en fin, es un puto ascazo tener razón (casi) siempre pero, sí, "Icebreaker" ha resultado ser justo aquello que más temía, la peor forma de arte imaginable: una nadería. Cero. Papel mojado. Ni tan siquiera es útil como producto risible, a pesar de que los papanatas de "RiffTrax" la sometieran a uno de sus ejercicios de humillación arrogante. Deben ser buenos en lo suyo porque, de verdad, no sé qué se puede ridiculizar de esta película. Vale sí, algo hay, aunque sigue siendo demasiado poco. Entre ese poco quizás esté el extraño nombre del guionista... es decir, el que aparece en pantalla, Hasso Wolfe Wuerslin, porque según me informa mi servicio de espionaje (osea, "Imdb") el libreto lo firmó el mismo David Giancola que dirige la película. No sé, tal vez prefería ocultarse tras seudónimo... ¿por vergüenza? dudoso, porque entonces habría hecho lo mismo en su función de director y no es el caso. Ya que hablamos de él, remarcar que comenzó a despuntar en 1989 con el cortometraje "Will Eisner's the Spirit: Ten Minutes" basado en el famoso comic. Ganó premios y tal, pero la cosa no terminó de despegar pues acabaría a los mandos de películas como "Time Chasers" (ciencia ficción barata también ridiculizada a posteriori por "RiffTrax"), "El ojo de la ley" (una de acción con protagonismo de Burt -el "Robin" de los 60- Ward y Miles O'Keeffe según guion nada menos que de Brett Piper, todo un astro del cine de género porculero como verán si le dan al enlace respectivo), una de catástrofes a bajo coste, "Tormenta eléctrica" (con un Jesse Eisenberg aún verde) y la comedia a mayor gloria de Anna Nicole Smith y sus tetas gigantes "Illegal Aliens", cuyo desastroso rodaje dio para un documental-paja del propio David Giancola donde David Giancola nos explica lo jodido que fue para David Giancola hacerla, "Craptastic!" se llama (algo así como "Basurástico!"). ¿¿Una especie de respuesta / justificación por parte del cineasta a las continuas guasas a las que su labor era sometida por los de "RiffTrax"?? Todo es posible en américa.
Una avioneta que transporta plutonio para su venta al mercado negro cae en medio de un monte nevado. El terrorista que iba a adquirir la radioactiva chuche va en su busca. Para hacerlo más "interesante", secuestra al personal de la estación de esquí ahí dispuesta, salvo a uno de sus empleados, quien se encargará de salvar la papeleta, especialmente motivado porque su prometida -y su suegro- anda entre la peña retenida.
Pues eso. Alguna explosión, bastantes escenas de "snowboard" (supongo que era tendencia entonces), mucho tiroteo, una violencia muy tamizada y escuetos intentos de comedia voluntaria de esos que dan vergüenza ajena. De la mayoría se encarga un tal John James como excéntrico y atolondrado "redneck" local. La cuestión es que la película tampoco es un cero absoluto en cuanto a elementos para entretenernos y emocionarnos, sin embargo, la sensación es la de estar viendo un drama telefílmico de domingo por la tarde. ¿Cómo es ello posible? Ni idea, pregúntenle a Hasso Wolfe Wuerslin, tal vez él lo sepa.

martes, 22 de julio de 2025

RESACÓN EN LAS VEGAS: ELLAS TAMBIÉN

Por culpa de un título español fallido y oportunista que trata de canibalizar el éxito de “Resacón en Las Vegas”, es muy posible que esta película cuyo bautismo original se traduciría literalmente como “La mejor noche de todas, pasará inadvertida”, genere un efecto contrario al deseado por la distribuidora: tirará de espaldas a más de uno. Aunque tampoco es descabellado llegar a esa libre traducción del título por parte de los de marketing si tenemos en cuenta que la frase promocional original de la película reza “The Hangover will be the easy part”, que quiere decir algo así como “El resacón sería la parte fácil”.
Estrenada directamente en vídeo en España, el hecho de que sus directores sean Jason Friedberg y Aaron Seltzer, autores de algunos de las "spoof movies" más desastrosas de la historia y culpables del asesinato del subgénero, lastra la película hasta el fondo. Darle a “Resacón en Las Vegas: Ellas también” una oportunidad, es una acción de fe.
Que los realizadores solo hayan realizado "spoofs" previamente da lugar al equívoco, y no es difícil pensar que se trata de una (otra) horrible parodia de las películas de despedidas de soltero/a tan de moda en la comedia USA de los últimos años. Sin embargo, en realidad estamos ante la primera película estándar de la pareja de realizadores, una con magros resultados en su país de origen. No consiguió recaudar ni 300.000 dólares en su estreno, siendo uno de los fracasos más bochornosos de la época (los años 10), además de tener críticas demoledoras que la tildan de “verdadera peor película de todos los tiempos”. Según "The Bottom Line": “Es una pena que esta película ambientada en Las Vegas, no se haya quedado en Las Vegas”.
Con semejantes expectativas, a punto está el espectador de quitar ese disco de su reproductor cuando descubre que "Resacón en Las Vegas: Ellas también" es una suerte de “found footage” —que tan mal se lleva con la comedia— de los que no respeta los códigos y utiliza la estética del metraje encontrado con los actores grabando lo que ocurre mediante mini-cam, para luego montarla a modo de narración estándar, incluidas música ilustrando todo y planos solapados y editados.
La historia, la de siempre: cuatro amigas se van a Las Vegas para celebrar la despedida de soltera de una de ellas y la intención de presenciar un concierto de Celine Dion, cuando unas copas de más hacen que todo se les vaya de las manos y vivan las situaciones más desmadradas y rocambolescas.
Pero, para mi sorpresa, la película va avanzando y resulta no estar mal. No se trata de una comedia memorable, pero sí tiene un par de momentos suficientemente potentes para justificar su visionado, así como la fortuna de pillarnos desprevenidos con un par de secuencias que, aprovechando su condición de “found footage”, tontean con el terror, desembocando dichos momentos de tensión de nuevo en comedia, como el estupendo desenlace en el que las protagonistas son perseguidas por una enorme y obesa negra que bien podía haber sido sacada de cualquier película de posesiones diabólicas.
Curiosamente, y sin que tenga nada que ver, uno de los productores de la cinta es Jason Blum, que poco después haría fortuna con su "Blumhouse", esta vez sí, especializada en terrores varios.
En resumidas cuentas, no solo estamos ante una entretenida comedia de despedida de solteras, sino que, probablemente sea lo mejor de los incapacitados mentales de sus directores. Y de peor película de todos los tiempos, nada de nada. Hay millones peores. Esta entretiene y consigue que nos riamos un poquejo, amén de ser bastante ácrata para con el género.
Las actrices, desconocidas, funcionan por una sola cosa: tienen morbo. Pajilleros ¡saquen los kleenex!

sábado, 19 de julio de 2025

BERT RIGBY, YOU´RE A FOOL

En un pequeño pueblo minero inglés vive enamorado de los viejos musicales de Fred Astaire y Gene Kelly, "Bert Rigby", al que le chifla cantar y bailar. Además, lo hace bastante bien. Su sueño consiste en devolverle la dignidad al cine local, convertido ahora en un bingo. Un día se presenta a un concurso de aficionados y causa sensación, por lo que pasa a ser fijo del espectáculo. En pleno tour, un director yanki de publicidad lo ve y decide llevárselo a Hollywood, donde las cosas le irán de mal en peor.
Curiosa y poco conocida comedia semi-musical del año 1989 con todo un peso pesado orquestándola, Carl Reiner, afamado hombre de comedia que, en su faceta como director, firmó algunos títulos de indiscutible solera, veámoslos: "¿Dónde está papá?" o la divertidísima "Un loco anda suelto", inicio de una aventura colaborativa junto a Steve Martin, con quien seguidamente haría "Cliente muerto no paga", "Un genio con dos cerebros" y "Dos veces yo". Terminada la asociación, Reiner firmó "Bert Girby, you´re a fool" entre "Malditas Vacaciones" (cambiando a Steve Martin por John Candy), la actualmente "cult-movie" "Loca juerga tropical", "Hay un muerto en mi cama" y "Distracción Fatal". Entonces, ante semejante reguero de títulos cuanto menos populares y recurrentes, ¿¿cómo es que casi nunca habías oído hablar de la reseñada??, pues porque fue un fracasazo de proporciones épicas. Según "la secre", hubo un cine concreto que, ante el desolador panorama, decidió ahorrar electricidad el resto de jornadas programadas, apagando el proyector y las luces de una sala siempre vacía. Por todo eso, suponemos, "Bert Rigby, you´re a fool" nunca llegó a España. Ni se estrenó en salas, ni salió en vídeo. Únicamente fue emitida bastantes años después, subtitulada, en un canal digital con el título de "Bert Rigby, eres un tonto" (traducción literal del original) y actualmente consta en redes como "Bert Rigby, estás loco".
Bueno, ¿y tan mala es?. Pues no, la verdad. Se trata de una comedia amable, no exenta de sus gags un pelín picantones / cabroncetes. Producida por "Warner". Bien parida técnicamente. Decentemente interpretada... vamos, que tiene toda la pinta de un producto "mainstream" listo para ser consumido sin problemas. Y sí, funciona. Entretiene, sonríes con algunos momentos... en fin, es agradable de ver. Pero, y ese creo que fue su gran "fallo", se percibe como anticuada. Esa reivindicación constante y continua a los clásicos muuuy clásicos, los números musicales canturreando temas de idéntico origen y época, pues difícilmente iba a conectar con las plateas de 1989. Lo que no deja de ser curioso porque en la misma trama se hace mención a ello. Uno de los "spots" que interpreta "Bert Rigby", imitando a Buster Keaton, es cancelado porque, según las encuestas, los jóvenes no saben quien es este último. Francamente, lo dudo -de 1989-. Hoy -en pleno 2025- ya sería otro cantar.
Podríamos achacarle también cierta hipocresía. Ya se saben el cuento: es mejor ser un pringadillo sin un duro pero feliz con tu pareja y vida sencilla, que lograr fama, éxito y dinero a espuertas. Ya, claro. Siempre me ha resultado cómico que tales "mensajes moralistas" surjan de mentes perfectamente arrulladas por ese mismo binomio infernal de "éxito + dinero". Los veo escribiendo en sus amplias mansiones, junto a la piscina, deseando contentar a la plebe que, a fin de cuentas, es la que paga entrada y, por ende, la que le permite pegarse semejante vidorra. Así pues, mejor celebrar la insignificancia. Es "más comercial".
Se deja el alma canturreando y dando brincos Robert Lindsay, actor inglés que no ha parado de currar, aunque casi siempre para la caja tonta. Le acompañan una sobreactuada y cargante Anne Bancroft (probablemente enchufada, no olvidemos que era la esposa de Mel Brooks, amiguísimo y eventual colaborador de Carl Reiner). Robbie Coltrane, quien alcanzaría notoriedad no mucho antes de palmar por su papel de "Rubeus Hagrid" en las pelis de "Harry Potter" o como el mafioso ruso "Valentin Zukovsky" en dos del "James Bond" noventero. Bruno Kirby y el televisivo Corbin Bernsen. El oscuro grupo de "art-punk" "Slaughterhouse 5" aparece tocando y la dirección fotográfica corre a cargo de Jan de Bont.
La historia, así como la presencia de Robbie Coltrane, me han traído a la memoria cierto producto de comedia inglesa televisiva, producida un año antes de "Bert Rigby, you´re a fool" y emitida en "TV3" no mucho después. Todo giraba en torno a otro pueblo minero del Reino Unido, donde uno de sus currelas escribe un guion titulado "The Strike" ("La Huelga", también se habla de ello en el film de Reiner) que consigue interesar a Hollywood. Estos mandan toda una troupe de personal dispuesto a rodar la película y, no solo ponen patas parriba el lugar, comienzan a introducir cambios en el guion para hacerlo más comercial, con escenas de acción y demás americanadas. Me llamó la atención, esencialmente, porque el reparto incluía a muchos de los actores habituales de la legendaria serie "The Young Ones" y es que, en esencia, se trataba de una creación del grupo al que aquellos pertenecieron (junto a Coltrane), "The Comic Strip". El asunto en sí parodiaba muy evidentemente el cine yanki de la época, con su tendencia al espectáculo exacerbado e incluía a unos Al Pacino y Meryl Streep de cucamona en plan divo. Molaría recuperarlo. El parecido formal con la peli reseñada, y la proximidad de fechas (más la presencia de uno de sus actores), lo hace todo un pelo sospechoso. ¿Copia, casualidad?... a saber.
En cualquier caso "Bert Rigby, you´re a fool" sigue siendo, cuanto menos, un eficiente mata-ratos.

viernes, 18 de julio de 2025

AU REVOIR, JEAN-PIERRE

Por acá no somos muy de tributos postmortem, salvo excepciones específicas. Y, carayo, la de hoy lo es. Ya que sin ella mi cinefilia -especialmente aquella de naturaleza fantástica- sería mucho más moderada. Dicha excepción responde al nombre de "Mad Movies", la legendaria publicación franchute, nacida en los setenta como fanzine. Y quien dice "Mad Movies" dice su fundador y editor, Jean-Pierre Putters, fallecido el pasado día 14. Tanto su criatura, como él mismo, han tenido (y tendrán) una presencia constante en este ciber-antro, ya sea a base mangoneos mediante scan, ya sea recordando cómo el caballero alentó la creatividad ajena, ya sea en funciones de actor para infraproducciones locales.
"Mad Movies" y "mesié" Putters -e "Impact"- marcaron mi adolescencia, mis años de aprendizaje, masiva ingestión de información, insana curiosidad, descubrimiento y asombro... una etapa excitante, maravillosa y, hoy por hoy, tremendamente añorada -por mí-, estrechísimamente ligada a ambos (y al "Fangoria" yanki de la época, pero esa es otra cantinela). Así pues, era lógico y justo dedicarle esta entrada al hombre, darle mis más sinceras gracias por todo y desearle un feliz trayecto allá andevaya, si es que hay andeir.
Y no se me ocurre un modo más adecuado, y gustoso para los ojos, que recurriendo a mis portadas favoritas de aquellos primeros "Mad Movies" atesorados con amor desde tiempos inmemoriales...



miércoles, 16 de julio de 2025

MINUTOS MUSICALES 36: ALGO

¿Puede una única canción justificar el seguimiento y/o disfrute de una banda?. Puede si es una como "Something", localizable en el disco de debut del conjunto escocés "The Spook School", titulado "Dress Up". Y dispuesta al final del tochito, por supuesto.
No tenía ni idea de la existencia de esta gente. Y llegué a ellos de la manera más burda, siguiendo las recomendaciones de "Spotify" acordes a ciertos estilos sonoros. Me hizo gracia el nombre. Le di al "play". Lo que escuché me gustó. Una especie de "power pop" con ribetes punkistas lleno de vitalidad acompañado de dos voces, una femenina y otra masculina. Nada muy revelador, pero deleitable.
Aunque ninguna de aquellas canciones enérgicas dejó huella en mi psique. Al contrario, fue la "reposada, bonita y tristona" la que lo consiguió. Y la que me hizo volver. Y la que, poco a poco, se ha ganado el puesto de mi absoluta favorita de entre las composiciones de "The Spook School". Su sencillez, su escasa duración y su tono melancólico y desesperado, invitan a pensar que estamos ante el soundtrack ideal para uno de aquellos días en los que te sientes un extraño en todas partes. Intuyo que la canción va de eso, pero no lo sé con seguridad.
Al disco comentado siguió un segundo, "Try to be hopeful" que, aunque tiene algunos temas majos, carece del dinamismo del anterior y, sobre todo, se echa en falta una mayor presencia de la voz femenina culpable, en gran parte, de los buenos resultados de su primera grabación y, muy especialmente, la mentada copla.
Finalmente hubo un tercero, "Could It Be Different?", pero a ese ni siquiera le he dado un muerdo. Tampoco importa mucho. Poco después "The Spook School" decidió poner punto y final a su carrera... y el mundo siguió girando...

sábado, 12 de julio de 2025

DESTINO FINAL : LAZOS DE SANGRE

Diríase que el éxito indiscutible de la franquicia "Terrifier", y en especial su reciente tercera dosis, ha revitalizado el asunto de los efectos prácticos. Los gerifaltes de las compañías tochas han descubierto asombrados que la chavalada se ha puesto farruca con los excesos de látex y pintura roja propias de las aventuras del payaso "Art", unos que no solo son ya el "leitmotiv" de todo ello, sino que, a posteriori, su creador, padre y ejecutor, Damien Leone, mostraba en redes sociales cómo habían sido llevados acabo. Así las cosas, y considerando las maneras de Hollywood, esos mismos ejecutivos encorbatados decidieron replicarlo con sus productos horroríficos de pronto estreno. Tenemos el ejemplo de la ultra-mediocre hasta el dolor "Until Dawn". En las promos su director, el otrora prometedor David F. Sandberg, cuya puesta al servicio de las grandes corporaciones de su ojete ha terminado por enterrarlo en la más obtusa medianía, reivindicaba el uso de los trucos de antaño. "Aquellos que crecí viendo" decía, y los incorporaba alegremente a su peliculita, además de mostrar el "making of" de los mismos en un desesperado intento por atraer las atenciones y favores del fandom, ese gran idiota. Si podemos considerar "Until Dawn" un producto netamente "mainstream", la cosa se torna todavía más llamativa cuando esas mismas estrategias fueron seguidamente adoptadas por otro aún mayor en su pertenencia a la "corriente reinante", en su intención "crematística", la nueva entrega de "Destino Final".
Lo habré comentado mil veces antes, sea acá, sea en papel fotocopiado, pero siempre he sido un defensor tanto de esta franquicia como de la otra que iba sumando entregas a la par, "Saw". En su momento de auge, cuando no recibían más que palos por parte de prensa y -otra vez tu- fandom, acusándolas de repetitivas y poco imaginativas, me alzaba como su gran defensor, alegando que ambas eran a esos tiempos lo que "Viernes 13" y "Pesadilla en Elm Street" a los suyos, allá cuando, justo, también eran objeto de críticas duras y reproches, especialmente en lo referente a la acumulación de secuelas. Igualmente, anuncié sin ninguna clase de duda que, con los años, "Destino Final" y "Saw" no solo ganarían peso a nivel subcultural, sino que generarían continuaciones tardías, "reboots" y demás zarandajas. Bien, es exactamente lo que ha ocurrido. Así pues, pónganme la medalla y no se les ocurra intentar arrebatármela.
La cuestión es que esta "Destino Final: lazos de sangre" vendría a ser la sexta entrega, rodada trece años después de la que, en su día, se anunció como la última (y dieciséis de la única que fue tratada en este ciber-antro). ¿Y saben qué? pues que la jodía ha sido un éxito de taquilla, acumulando más billetes verdes que ninguna. Así pues, den por sentado que vendrán más (lo mismo que "Saw", de la que "Blumhouse" se ha agenciado los derechos con intención de seguir explotándola). ¿¿Y nos alegramos por ello?? Pues sí, porque resulta que "Destino Final: lazos de sangre" está un rato bien.
Pero antes de entrar en materia, déjenme finiquitar lo que comentaba al arranque de los efectos prácticos usados cual anzuelo. También los artífices de este "Destino Final 6" publicaban vídeos en redes sociales demostrándonos lo "cool" que eran al decantarse por ellos. Por supuesto, y como ocurre exactamente en el caso de "Until Dawn", luego, en pantalla, esos mismos truquitos de goma siguen cantando considerablemente a CGI. No creo que nos hayan estafado, no, pero seguramente tampoco pudieron evitar darles posteriormente un baño de infografía para perfeccionarlos, arrebatándoles toda su fisicidad, adquiriendo esa molesta pátina de artificio desaborío propio de la técnica en cuestión. ¿Perjudica ello pues a la película? No. Al fin y al cabo todas estas mandangas son solo materia que "preocupa" al aficionado, al fan, al pajero, pero al público mayoritario le importan un pimiento. Este únicamente demanda un producto entretenido y ameno, listo para escapar de la burda y apestosa realidad, práctica que últimamente veo como se considera reprochable, pero a mi me parece maravillosa y aplaudo. En ese sentido "Destino Final: lazos de sangre" no falla.
Como ocurre con todas las franquicias del horror, la historia de base es la misma de siempre. Y, no se engañen, así debe ser. Es lo que queremos ver. Lo que nos gusta. Luego, si los guionistas son lo suficientemente hábiles para añadirle unas goticas de algo un pelo distinto, pues mira, mejor, pero sin alejarse demasiado de la formula. Así pues, la novedad acá es que todo el asunto de las víctimas de un accidente terrible que se salvan gracias a una premonición y, aluego, son perseguidas por la señora muerte, se reduce a un círculo familiar, a padres, hijos, tíos y primos. Con el añadido extra de que, el origen de todo, ocurrió cincuenta años atrás. Las personas a despachar eran tantas que la de la guadaña ha tardado varias décadas en alcanzar a los protagonistas, porque su plan consistía desde el principio en cargarse hasta el último de los linajes de aquellos que no fenecieron cuando debían. Voltereta narrativa bastante ingeniosa y bien resuelta. Además, a ese salto temporal se vincula el personaje de Tony Todd, quien, como sabrán, ha ido ejerciendo de ¿cómo definirlo? experto en escapar de las garras de la codiciosa muerte, siempre aconsejando a las futuras víctimas que recurrían a él en busca de ayuda. También sabrán que Todd murió al poco de terminar la película, así que su despedida en la ficción se torna especialmente emotiva.
Pero, vamoh a vé, julai, déjate de mierdas, ¿¿molan o no molan las escenas donde palman los protagonistas?? Sí, molan. Y muchísimo. Es más, me atrevería a decir que son las más retorcidamente creativas, originales y espectacularmente sanguinolentas de todos los "Destinos Finales". El gore es "mainstream" en su mayoría, sí, pero les hará babear por su exageración y brutalidad. Voy a contenerme las ganas de describir aquellas que más me impactaron, por tentador que sea, y diré que no pude evitar soltar una satisfactoria risotada como consecuencia / válvula de escape ante la barbaridad de algunas. También por el placer de ver cómo son espachurrados, reventados o partidos en dos personajes sumamente desagradables y que lo merecen.
Así, a base de sangre a borbotones, gran guiñol, una narrativa perfectamente equilibrada entre le repetición y cierta novedad, y un ritmo acelerado y constante, resulta que la peli termina cumpliendo su cometido, entretener, divertir, ayudar a desconectar del mundanal ruido y, en fin, que la recomiendo.
Obviamente, por su condición de producto puro y duro, me saltaré la parte de la reseña en la que cito nombres y currículums. La verdad, importan un carajo. Pero, por cumplir, mencionaré a uno de los productores, y responsable de la "story" de base, Jon Watts, director en su día de las apreciables "Clown" y "Coche Policial", finalmente reciclado a paridor de "hits" taquilleros con las aventuras de "Spider-man" auspiciadas por "Marvel Studios".

miércoles, 9 de julio de 2025

MINUTOS MUSICALES 35: OTRA CLASE DE POLKA

Aseguran los "Brave Combo" que lo suyo es la polka. Y sí, probablemente este género musical ande muy presente en la inmensa lista de discos que llevan editados desde su debut por ahí muy finales de los setenta, pero está claro que no hablamos de una muestra ortodoxa. A falta de una mayor precisión, suelo describirlos como una suerte de "banda de bodorrios y festejos" en plan marciano. Tal vez, en parte, por su costumbre de versionar toda suerte de canciones populares y estilos musicales, adaptándolos a unas peculiares maneras propias. Caramba, si hasta puedes encontrar "habaneras rock" en su repertorio.
Como digo, el catálogo de "Brave Combo" es extensísimo no, lo siguiente. Y, supongo, considerando la enorme cantidad de canciones de las que disponen, el número de aquellas merecedoras de ser atendidas no compensa. Es poco por comparación. Lo que pasa es que las elegidas son tan jodidamente gozables, bailables, animosas y disfrutosas que, en fin, me puede. De verdad, llamaría "placer culpable" a lo que produce esta gente si no fuese porque no hay nada de "culpable" en ello. Me gustan los sonidos generados por "Brave Combo", así de simple. Y, oiga, ¿cómo no me van a molar unos tipos que compartieron surcos con el rey de los raritos, mister Tiny Tim?
Puestos a recomendar un muestrario de sus capacidades, la verdad es que lo tengo bastante claro, "Musical Varieties" del 87 es, según estos humildes orejones, su LP más consumible, compacto y joyoso, uno trufado de la verdadera especialidad de la casa, los instrumentales. Y, concretamente, "Lorianna" ejercería como joya de la corona.
Eso sí, antes de darle al "play" prepárense para algo errrr, ¿¿cómo describirlo??, dejémoslo en diferente...

sábado, 5 de julio de 2025

PAGANINI HORROR

Mientras hace siete días veíamos al Luigi Cozzi más despendolado, hoy toca centrarse en el "profesional", el artesano cumplidor, el director de cosas ultra-mediocres destinadas únicamente a rejuntar unas cuantas buenas liras para morir olvidadas. Toca hablar de "Paganini Horror", concebida por el cineasta -recurriendo, según el mercado, al seudónimo habitual de Lewis Coates - en plena etapa gris de su trayectoria, dejando atrás aquellos títulos que, no por menos chuscos, le habían proporcionado velados momentos de notoriedad, y viendo un futuro -el suyo y el del negocio- bastante poco halagüeño (justificadamente, añado).
Un grupo de pop-rock horterísimo anda en crisis. No logran componer un gran "hit", lo que cabrea como una mona a su agente. En eso que el teclista consigue la partitura original de una pieza inédita compuesta en su día por el célebre violinista Niccolò Paganini, con la idea de adaptarla a sus maneras. La elección del músico les viene de coña -al grupo y a la película misma- ya que arrastra la leyenda de haber vendido su alma al diablo a cambio de capacidades y gloria.
Embriagados de entusiasmo, deciden contratar a un famoso director de películas de terror para hacerles un vídeo-clip chévere que rodarán, nada menos, en la misma mansión veneciana donde Paganini hizo el diabólico trámite y, ya puestos, asesinó a la parienta (esto último invención de la película). Como es de ley, al poco de andar por ahí retozando y dándole lustro al instrumental, aparecerá ¿el fantasma? del violinista con ganas homicidas y pasarán un montón de cosas raras, entre ellas la apertura de un portal al mismísimo infierno.
Bien, "Paganini Horror" viene fechada el año 1988, ya con el cine fantástico "fetuccini" -sobre todo aquel de naturaleza "explioter"- dando sus últimos estertores. Según datos consultados, Cozzi pretendía inyectar a la trama su obsesión con los universos paralelos y demás zarandajas metafísicas, pero el productor, el célebre Fabrizio de Angelis -a quien como mecenas debemos buena parte de lo mejor del terror italiano de los ochenta (incluidos "clásicos" de Lucio Fulci o Enzo G. Castellari) y otros tantos furruños como director bajo el alias de Larry Ludman- le dijo que se dejara de monsergas y rodara una de terror convencional. Extrañamente, la versión que he visto sí lleva parte de todo ese material, así pues, o se trataba de un "director´s cut" (cosa bien dudosa, no es algo que se estile entre artesanos del ítalo-"trash") o en el guion original de Cozzi el asunto era todavía más desmadrado. Este venía co-escrito a medias con una de las actrices del film, la legendaria -y ya bajo tierra- Daria Nicolodi, entonces ex esposa y ¿ex? mano derecha de Dario Argento, quien le había negado sus créditos en aquellas películas de autoría compartida, incluida la intocable "Suspiria". Dicha elección narrativa -lo de las dimensiones y bujeros astrales- se agradece, porque otorga a "Paganini Horror" un algo levemente distinto, sin caer en la monotonía propia del slasher que, en principio, parece. No obstante, tampoco la salva de ser el pedazo de mediocridad que finalmente es, condimentada por actores acartonados y limitados, diálogos idiotas, truculencia discretita, ausencia de tetismo e incapacidad de provocar ninguna sensación salvo la del aburrimiento más atroz en infinitas dosis cuánticas.
Luigi Cozzi pudo desquitarse poco menos de treinta años después, desvariando a gusto en "Blood on Méliès´Moon". Algo es algo. Y, diré más, con todo lo "pura" que es "Paganini Horror" en su condición de "película de verdad" rodada a base de granulosos 35 milímetros y bla, bla, bla, me quedo con el despropósito digital posterior. Resulta bastante menos mortecino y denota el gozo que su director invirtió al realizarlo, todo lo contrario que el título ahora reseñado.
Por lo demás, pues un Donald Pleasence visto y no visto cumpliendo la papeleta a cambio de un bocata (luciendo esa sonrisilla golfa a la que solía recurrir para disimular las pocas ganas), un puñado de actores habituales de esta clase de materia (la negadísima Jasmine Maimone estuvo en "Demons", Pascal Persiano -gran apellido- en "Demons 2", Maria Cristina Mastrangeli repetiría en el futuro con el Cozzi más digital y Pietro Genuardi se prestaría a actuar en "Las puertas del infierno" de Umberto Lenzi o "Mi novia es un zombie" de Michele Soavi) y, como solía ser habitual, un maravilloso póster confeccionado -muy evidentemente antes de rodarse la película, pues la coincidencia de elementos es mínima- por ese "mostro" llamado Enzo Sciotti.

jueves, 3 de julio de 2025

MINUTOS MUSICALES 34 : DI SÍ A SI (CRANSTOUN)

El británico Si (de Simon) Cranstoun comenzó su andadura musical en un grupo ska compartido con su hermano. Después de unos años, decidió que ya era hora de cambiar y se lió con una carrera en solitario volcada en sonidos rock and roll de la vieja escuela, marcados por una notoria influencia de Jackie Wilson.
Antes de saltar a una gran discográfica, o a los medios, Cranstoun y su banda arrancaron desde lo más bajo, las calles de Londres. Hay algunos vídeos en youtube que los muestra activos en el asfalto y son realmente geniales. Reparten alegría y felicidad allá donde van. Los paseantes no se detienen únicamente a escuchar, también a bailar. Es muy fácil terminar el visionado con una amplia y sincera sonrisa.
Después de una época como músicos callejeros, Si Cranstoun y su clan comenzaron a ganar popularidad y salir por la tele. Todo bastante limitado a su tierra y sin avasallar. A fin de cuentas, aunque lo que hacían es amable y para todos los públicos, no dejaba de ser un poco retro y eso limita la posible audiencia.
Dentro de este periodo recomendaría sus discos "Dancehalls And Supper Clubs" y "Smokehouse Sessions", que vienen repletos de temas capaces de poner luz a un día gris: "50´s Pin Up", "Coup De Ville", "Italian Eyes", "Mary Lou", "Them There Eyes", "Little by little", "Vegas Baby", "Commer to king" o "Big Bees". Aunque, para mí, su mejor canción -y emblema- es la que les espera al final del texto, "Moon & Stars". Tengan cuidado, puede crear adicción.
Si Cranstoun hizo su intento oficial de encajar en el mainstream con "Modern Life", un disco con sello de multinacional ("Warner", nada menos) en el que parecía querer alejarse un poquito de sonidos puramente rockanroleantes con temas algo más pop y accesibles. Carece de la chispa, jovialidad, vitalidad y energía de sus otras grabaciones, pero se deja escuchar sin problema (destacar la canción "Cry me a smile", su primera composición genuinamente melancólica y absolutamente preciosa). Tal vez el propio Cranstoun pensara así ya que con el trabajo que le siguió, el recopilatorio "Old School", recurría a su estilo habitual con resultados más que satisfactorios.
Desde entonces ha ido alternando experimentos ("Poems Unlocked") con cierta recuperación de sus primigenias maneras ("Lone Blue Star"), aunque da la sensación de que estas forman ya parte del pasado. Y, oiga, es comprensible... pero también un poco triste.

martes, 1 de julio de 2025

CAFÉ SOLO... O CON ELLAS

 “Café solo… o con ellas” comienza como una comedia sexual gamberra, con cuatro energúmenos rompiendo un escaparate y dándose a la fuga para pronto, en un flashback, contarnos sus devaneos romántico-sexuales. A partir de ahí, ya se nos muestra de todo; escenas de ligoteo en discotecas (discotecas desangeladas, dicho sea de paso, por culpa de la falta de presupuesto), la tortuosa relación entre el protagonista, Hugo, con su abuela franquista y, sobre todo, mucho cerdeo, mucha follada y escenas de comicidad muy a la "screwball", con uno de los protagonistas pegando un polvo mientras su amigo pide consejo amoroso a la fémina que cabalga. Esta no tiene remilgos a la hora de atenderle. Y con todo esto parece que vamos a ver una comedia desmadrada, osada y escatológica al 100%. Y en esencia, eso es lo que nos ofrece la primera media hora de la cinta. Después, la cosa se vuelve cursi, centrándose más en la cuestión amorosa que en la sexual y cualquier vestigio de incorrección política inicial desaparece haciendo decaer al conjunto hasta quedarse prácticamente en nada. No solo prevalece lo cursi, sino también el aburrimiento. A partir de ese momento, cada vez son más comunes las situaciones en las que el espectador pasa vergüenza ajena, ya sea por las mediocres y poco inspiradas actuaciones, ya sea por lo ridículo de las circunstancias en general.
Esa casi condición de "genuina comedia sexual española" es el único motivo por el que tener en consideración esta cinta.
El argumento es súper sencillo: Cuatro mastuerzos. A uno le acaba de dejar la novia y cree que pidiéndole matrimonio podrá recuperarla. Otro que se encuentra un perrito perdido; llama por teléfono al número que lleva consigo el animal y, al ir a entregarlo, aparece la dueña y se enamora perdidamente de ella. Otro lleva dos años sin follar y, mientras lo intenta y lo intenta sin éxito, de repente un día, de la forma más tonta, encuentra el amor. El cuarto se va a casar, tema este que parece no importar ni lo más mínimo ya que se toca de pasada.
Con todo, y pese a que el tiempo la ha puesto en su lugar —esto es, el ostracismo— se trata de un estreno español que fue bastante taquillero en 2007, congregando en salas de cine poco menos de medio millón de espectadores, gozando a posteriori de una carrera doméstica discreta: una escueta edición en DVD y poca presencia en televisión.
Sin embargo, remitiéndome de nuevo a los días de su estreno, “Café solo… o con ellas” fue presentada en el festival de cine español de Málaga donde consiguió el premio del público y tuvo una excelente recepción, así como participó (y ganó premios) en otros festivales menores.
En el reparto habituales de la televisión juvenil como Lucía Jiménez o Alejo Sauras, acompañados por Diego París, Asier Etxeandia, Javier Godino e Inma Cuesta.
Mención especial merece Terele Pávez dando vida a una descacharrante abuela neo-franquista que da bofetones a diestro y siniestro, así como suelta frases lapidarias de lo más divertidas.
Debuta en la dirección de largometrajes con “Café solo… o con ellas” el malagueño Álvaro Díaz Lorenzo, que graduado en cine por la Universidad de Sunderland en Reino Unido y curtido en el mundo del cortometraje, en 2017 hace una buena taquilla con otra comedia, esta vez más costumbrista y acorde a los gustos de la España del siglo XXI, titulada “Señor, dame paciencia”, cuyo éxito se tradujo en forma de serie televisiva en 2022. Sus siguientes películas, “Los Japón” y “La lista de los deseos”, pasaron por los cines con más pena que gloria.